La cultura es definida por las ciencias sociales académicas como
el conjunto de aquellas características comunes a la mayoría de la
población de una sociedad que son resultado, a su vez, de prácticas
sociales. Vulgarmente se identifica cultura con idiosincrasia,
suponiendo un carácter o temperamento común.
En este artículo sostenemos que esta visión de la cultura tiene
un marcado sesgo consumista; supone a la cultura como un conjunto
de pautas que sus integrantes consumen y reproducen naturalmente.
Criticamos esta concepción y sugerimos una orientación
alternativa, basada en la producción de la cultura. Por último tratamos
de explicar por qué esas concepciones que parten del consumo son
resultado de una producción cultural derivada de relaciones capitalistas..